Aunque la electricidad estática hace más de 2 000 años que se
conoce, no ha sido hasta los dos últimos siglos que se ha conseguido
generar y utilizar de forma útil. Sin duda, el progreso tecnológico del
último siglo se debe en buena parte a la electricidad. Como ya has
estudiado en cursos anteriores, podemos considerar básicamente dos
tipos de corriente eléctrica: la corriente continua y la corriente alterna.
La corriente continua se caracteriza por el hecho de que el
desplazamiento de electrones se hace siempre en el mismo sentido, con
una tensión e intensidad constantes en el tiempo. Es la corriente que
proporcionan, por ejemplo, las pilas y las baterías.
En cambio, la corriente alterna se distingue por ser una corriente
variable en el que las principales magnitudes que lo definen, tensión e
intensidad, cambian continuamente de valor y de sentido. Es la
corriente que se utiliza mayoritariamente, tanto en las viviendas como
en las industrias. Cuando conectamos un aparato a un enchufe le estamos
suministrando corriente alterna.
Un osciloscopio muestra señales eléctricas variables en el tiempo,
puede medir un gran número de fenómenos, con un transductor adecuado,
capaz de darnos, por ejemplo el valor de una presión, nivel de
vibraciones de un coche, .... .
Ya a finales del siglo XIX, y después de grandes disputas sobre cuál
era el mejor sistema de distribución de electricidad, la corriente
alterna ganó la batalla a la corriente continua por sus ventajas en
cuanto a producción, transporte, distribución y utilización.
Es especialmente ventajoso el uso de la corriente alterna en el
transporte de energía eléctrica, ya que permite minimizar al máximo las
pérdidas en la red eléctrica. Para reducir considerablemente estas
pérdidas, dado que los centros de producción de electricidad y los
centros de consumo están situados a grandes distancias, hay que
transportar la corriente a altas tensiones. Es por ello que, una vez
producida la electricidad en las centrales, hay que elevar el voltaje
para el transporte, y volverlo a disminuir para el consumo, por medio
de unos aparatos, llamados transformadores, que sólo funcionan con
corriente alterna. La corriente alterna que producen los generadores en
las centrales y que utilizamos habitualmente es del tipo sinusoidal. Se
trata de una señal eléctrica periódico, es decir, que se reproduce en
intervalos de tiempo iguales. En casa usamos corriente alterna de 220
voltios y 50 hertzios de frecuencia.