Básicamente,
podemos distinguir dos tipos de chips o circuitos integrados, en
función de su campo de aplicación: los analógicos o lineales y los
digitales.
• Chips analógicos o lineales.
Sirven para gestionar imágenes y sonidos, tratar y amplificar señales
analógicas, regular tensión, etc. Suelen dializarse en televisores,
equipos de audio, equipos de control de velocidad de motores ...
Un ejemplo de chip de estas características es el amplificador operacional 741, muy útil en proyectos escolares de tecnología.
• Chips digitales. Dentro de
esta categoría se reúnen todos aquellos chips utilizados en sistemas
digitales y que basan su funcionamiento en la tecnología digital o
binaria, en la que la información puede adoptar dos valores o estados
diferentes, llamados 0 y 1. Los más conocidos son los microprocesadores
de los ordenadores, los chips de memoria o los microcontroladores
utilizados en numerosos aparatos y máquinas.
Sin embargo, hay chips mixtos que utilizan las tecnologías analógica y
digital para realizar funciones específicas. En este apartado podemos
destacar el NE555, muy versátil y útil para montar circuitos
temporizadores o generadores de audiofrecuencia, empleado en alarmas,
zumbadores, instrumentos musicales, etc.