Aunque el elemento básico de la constitución de un relé es una
bobina, no se le suele clasificar específicamente como componente
electrónico pasivo, dado que se trata de un elemento de características
singulares que se utiliza tanto en circuitos eléctricos como
electrónicos.
El relé es un interruptor eléctrico
que se acciona por medio de un electroimán. Está formado por una bobina
que, cuando circula una corriente eléctrica, atrae una lámina metálica
que acciona un contacto, el cual se abre o se cierra. Cuando la
corriente deja de circular por la bobina del electroimán, un muelle
hace retornar la lámina metálica y el contacto a su posición original
Los relés son muy útiles y se usan mucho, porque, con corrientes de poca intensidad, permiten controlar otros circuitos de intensidad mucho mayor, y también porque pueden ser gobernados a distancia.
La corriente que circula por la bobina del relé recibe el nombre de
corriente de maniobra o de mando, mientras que el que circula por el
segundo circuito (es decir, por los contactos) recibe el nombre de
corriente principal o de potencia.
Por ejemplo, un relé de 9 voltios de CC lo podemos accionar utilizando
una pila de 9 voltios para el circuito de maniobra; en cambio, en el
circuito de potencia, a través de los contactos del relé, podemos
conectar una bombilla de 220 voltios de corriente alterna.
El relé es un tipo particular de interruptor o conmutador, accionado
eléctricamente, que se puede controlar de maneras muy diversas: con
luz, empleando un LDR; con calor, utilizando un NTC; con sensor
magnético; con un detector de infrarrojo, a través del teléfono; con
programador horario; por sonido; etc.
Hay relés, sin embargo, que incorporan más de un contacto.