Durante el siglo XVI, existían tres tipos de teatro, tan-to en
España como en el resto de Europa: el religioso, el cortesano y el
popular. Este último fue el que adquirió en la península el mayor
desarrollo, si bien hay que advertir que el religioso tuvo un
importante crecimiento con los Autos sacramentales.
LAS REPRESENTACIONES TEATRALES
1. El teatro
cortesano.
Se desarrollaba en el ambiente cortesano. Los salo-nes de Palacio, o
las residencias reales de la Zarzuela, del Buen Retiro, etc. acogerán
representaciones fastuo-sas, muy alejadas de la austeridad escénica de
los corrales. A partir de 1630, llegan a la Corte los adelantos
escenográficos: riqueza de decorados, complicada tramoya, "máquinas"
capaces de producir cambios asombrosos (efectos especiales), así como
apariciones y desapariciones de personajes, por los aires o por el
suelo. La música colaboraba al esplendor del espectáculo.
Con la ayuda de tales medios, se desarrollaron comedias
fantásticas,
mitológicas, de magia, etc. e incluso empezó a darse la ópera. Si Lope
de Vega no gustó de toda esta parafernalia, Calderón, por el contrario,
haría amplio uso de todas estas invenciones escenográficas.
2. El teatro
religioso.
Alcanzó no menos brillantez en el XVII con los autos sacramentales
ligados a los festejos del Corpus. Con ocasión de tal festividad, las
ciudades rivalizaban en organizar representaciones para exaltar
el dogma de la Eucaristía. Los espectáculos se hacían al aire libre,
normalmente en una plaza ante la iglesia. Un tablado y unos carros
profusamente decorados componían un amplio escenario, que pronto se
enriqueció con las mayores galas de la escenografía barroca.
Los autos sacramentales son obras en un acto, con personajes
alegóricos
(el Hombre, el Pecado, la Gracia, la Sabiduría, el Amor, la Virtud,
etc.), que desarrollaban un tema espiritual relacionado normalmente con
la Redención y que terminaban con una exaltación de la Eucaristía.
3. El teatro
popular.
A finales del XVI, existen ya unos locales fijos: los corrales. Son
patios al aire libre, entre varias casas. Al fondo, se hallaba el
escenario, un tablado sin telón ni decorados, cubierto por un
tejadillo. En el lado opuesto, se levantaba la cazuela, reservada para
las mujeres. Los nobles se situaban en los aposentos, balcones y
ventanas de las casas que cerraban el patio. Y en el patio, a
excepción de algunos bancos y gradas, asistía de pie la mayoría de los
espectadores: eran los hombres del común, llamados "mosqueteros",
temibles por sus reacciones violentas cuando la obra no era de su
agrado.
Las representaciones comenzaban a las dos en invierno y a las tres
en
verano. Duraban varias horas y se desarrollaban con arreglo al
siguiente orden:
Comenzaban con una LOA, especie de
presentación,
en verso.
Luego venía el primer acto o jornada de la
comedia.
Al terminar el primer acto, se representaba
un entremés (pieza teatral breve)
Segundo acto
Entremés o un baile, con música y letra.
El tercer acto
Otro baile o fin de fiesta.
Al principio no había decorados: el espectador tenía que suplirlos
con
la imaginación, apoyándose en las alusiones del texto. Tal hecho
favorecía la libertad de los autores para situar la acción en los
lugares más variopintos. Más adelante se usarán decorados y otros
recursos escénicos, a imitación del teatro cortesano.
Una obra duraba poco en cartel: era frecuente la representación
única,
y ocho o diez días de permanencia era ya un gran éxito. El público
pedía novedades sin cesar: de ahí la abundante nómina de los
dramaturgos de la época y la extensa producción de muchos de
ellos, especialmente si vivían de las representaciones .
Los comediantes eran de muy diversa condición. Un autor de la época
nos
habla de "ocho maneras de compañías", que van desde el "bululú" (un
solo actor), hasta agrupaciones importantes como la "farándula" y la
"compañía" propiamente dicha, que contaba con dieciséis actores y
llevaban un repertorio de cincuenta comedias. Algunos grupos llegaban a
la categoría de "compañías reales o de título", pero muchas otras,
ambulantes, se quedaban en "cómicos de la legua". La vida de los
comediantes era dura; solían estar mal vistos y sus costumbres fueron
objeto de múltiples censuras. Algunos moralistas publicaron sus ataques
al teatro y consiguieron, en varias ocasiones, que el rey prohibiera
toda clase de representaciones. Pero tales prohibiciones duraban poco;
la pasión popular por el teatro era más fuerte que todos los ataques.
El éxito de las representaciones populares fue tan grande que hasta
los
reyes quisieron disfrutar de ellas. Ya a principios de siglo, Felipe
III mandó transformar uno de los patios de Palacio en teatro, para
poder ver las comedias "como se representan al pueblo en los corrales".
LA COMEDIA
Con el término "comedia" se conocen las obras
teatrales que se representan en los corrales, y que podían ser no sólo
comedias propiamente dichas, sino también tragicomedias o dramas; en
cambio, no se dieron en este teatro popular tragedias puras.
La comedia, en este sentido, responde a una fórmula fijada por Lope
de
Vega (seguida por numerosos autores) a finales del siglo XVI y
defendida en una obra, titulada Arte
nuevo de hacer comedias. Este
"arte nuevo" consiste en
integrar una serie de elementos del teatro
anterior que se daban por separado: introducción de elementos líricos,
enredo y complicación de los argumentos, interpolación de escenas
cómicas en la acción seria, argumentos inspirados en el Romancero y en
las leyendas nacionales, etc.
Este "arte nuevo" encontró la oposición de los partidarios del
teatro
clásico; sin embargo, este teatro clásico no gustaba al público y Lope,
que vivía de su producción teatral, buscaba el "vulgar aplauso".
Incluso, defendiéndose de los ataques de los preceptistas, llegó a
escribir:
como las paga el vulgo, es justo
hablarle en necio para darle gusto.
Y para justificar su "arte nuevo" dijo:
...nunca reparo en los preceptos,
antes me cansa su rigor, y he visto
que los que miran en guardar el arte
nunca del natural alcanzan parte.
Según estos versos, Lope distingue entre el arte (las normas) y lo
natural, de manera que aquel arte ya no corresponde a los gustos del
público. De este rechazo de los preceptos clásicos y ese sometimiento a
la naturalidad (al gusto del público), se explican los rasgos de la
comedia.
CARACTERÍSTICAS
La comedia se caracteriza por los siguientes elementos
estructurales:
Consta de tres
actos o jornadas, en lugar de los
cinco del teatro clásico. La razón de esta división es que se adaptaba
mejor a las partes fundamentales de la acción: planteamiento, nudo y
desenlace, aunque no corresponde al pie de la letra la estructura
accional con los tres actos; así, el planteamiento es rápido, pues se
reduce a las escenas iniciales, no abarca todo el acto primero y el
desenlace no llega hasta la última escena; todo lo demás lo ocupa el
nudo, donde la intriga es esencial y el primer objetivo del autor es
mantener la" suspensión".
La acción es movida y variada. No se tiene en
cuenta la unidad de acción propuesta por la preceptiva
clásica. La
comedia presenta, como mínimo, dos
acciones paralelas: por un lado, la
protagonizada por personajes elevados y, por el otro, la que se
desarrolla entre los personajes humildes. Ambas acciones estén
ligadas, no yuxtapuestas. Esta diversidad de acción fue uno de los
principales resortes para agradar al público.
No se
tienen en cuenta las unidades de tiempo y
lugar. La obra puede abarcar años y desarrollarse en sitios
diversos.
La falta de decorados no presentaba obstáculo para los cambios
bruscos, y, así, con la ayuda de la imaginación, se lograba un
movimiento y una variedad cuyo efecto se ha comparado al de las
secuencias cinematográficas.
Mezcla de
lo trágico y lo cómico, en contra de la
preceptiva, pues Lope decía que en la vida se daban ambos aspectos a la
par, por lo que sería absurdo separarlos.
Variedad
de estilos. Se mantenía el "decoro
poético", es decir, se adecuaba el comportamiento y la lengua de los
personajes a su procedencia social: el rey debe hablar como rey, el
lacayo como lacayo; no puede ser igual el lenguaje de un noble que el
de un campesino.
Polimetría
(variedad de versos y estrofas). La
comedia está escrita en verso, no en prosa. Se intentaba adecuar la
métrica a la índole de las escenas; así, Lope consideraba que los
romances eran indicados para los relatos, los sonetos para los
soliloquios, las décimas para las lamentaciones, los tercetos para
los diálogos graves, las redondillas para los diálogos amorosos, etc.
Elementos
líricos intercalados en la acción. Lope
introdujo en sus comedias villancicos, unas veces tomados del pueblo,
otras imitados por él; frecuentemente, se introducían danzas, que
podían ser un paréntesis en la trama o estar insertas en la acción e
incluso ser el mismo centro (por ejemplo, El caballero de Olmedo)
Los
personajes presentan una serie de
características fijas. De entrada, se reparten en dos planos: * En el
plano elevado, un viejo, un galán y una dama.* En el plano
inferior: el gracioso y la criada.
Este esquema será sometido a múltiples transformaciones; por
ejemplo:
el viejo puede ser el padre de la dama o su tutor, un personaje
encumbrado o el rey. La criada puede sustituirse por una amiga de la
protagonista. En ocasiones, los tipos se desdoblan y podemos encontrar
dos galanes que cortejan a una dama, dos galanes y dos damas, etc.
Por otro lado, la psicología no es profunda. Los dramaturgos
barrocos
se interesan por la acción, no por el alma de sus personajes, aunque
hay excepciones, como la figura del don Juan.
El contraste entre el galán y el gracioso, la dama y la criada. Se
trata de dos figuras complementarias y son producto de una disociación
entre idealización y realidad: las cualidades ideales se reservan para
el galán y la dama, y se concentra lo vulgar y prosaico en el gracioso
y la criada. En ellos cristaliza el doble plano de la comedia: dos
mundos perfectamente jerarquizados que corren paralelos:
* el prototipo de galán es el caballero (aristócrata,
capitán,
etc.),
adornado con notables cualidades: apuesto, valiente, idealista, con
profundos sentimientos, lenguaje culto y adornado, etc.
* el gracioso es generalmente el criado del anterior y viene
a
ser su
contrafigura: realista con sentido práctico, cobarde (le importa mucho
la vida) y, a veces, cínico; su lenguaje es llano, expresivo (frases
hechas, chistes), etc.
* la criada es confidente de su señora y tiene los mismos
rasgos
que el
gracioso. Entre ella y el gracioso suelen entablarse unas relaciones
amorosas, pero sencillas, directas, frente a las complicaciones
sentimentales de los personajes elevados.
TEMÁTICA
La inmensa producción dramática del XVII se caracteriza por la
variedad de los temas y la diversidad de procedencia de los asuntos,
aunque puede reducirse a unos cuantos grupos principales, preferidos
por autores y público:
Los temas
religiosos. Al margen de los autos
sacramentales, abundan las comedias inspiradas en episodios de la
Biblia, en vidas de santos o en tradiciones y leyendas piadosas.
Los temas
históricos, basados en la historia y
leyendas nacionales desde la Reconquista hasta las hazañas imperiales
del XVI, referidos en crónicas, romances y tradiciones; en esta cantera
encontraron fuente de inspiración casi inagotable los dramaturgos.
Las
comedias de costumbres son el sector más
abundante. Destacan las comedias urbanas o "de capa y espada"; son
variadas, pero tienen en común el presentar ambientes selectos,
ingeniosos personajes cortesanos y brillantes intrigas que tienen
como centro el amor (idealizado y vencedor de todos los enredos y
dificultades). Hay también comedias de costumbres rurales, que a las
intrigas amorosas añaden una visión idealizada del labrador y de su
ambiente.
Junto al amor,
el tema capital es el honor o la
honra, consistente en la estimación intachable que un hombre
merece a
los demás . La preocupación por la honra llegó a ser obsesiva en el
XVII, el cual podía perderse no sólo por los propios actos, sino por
actos ajenos, especialmente por la infidelidad de la esposa o por la
conducta dudosa de cualquier mujer a su cargo (hijas, hermanas,
cuñadas, etc.). Si se trataba de la esposa, se imponía la venganza:
"las manchas de honra se lavan con sangre"; y el marido debía matar a
la mujer infiel, superando su amor o su capacidad de perdón; sólo así
recobraba el honor.
Otros temas que
recibieron menor desarrollo fueron
las comedias pastoriles, las caballerescas, mitológicas, etc.
INTENCIÓN
Los dramaturgos del XVII consideraban que la comedia tenía la
misión
de "deleitar aprovechando", lo cual se reflejó en dos aspectos claves:
Fue un arte
de evasión o de distracción, pues
ofrecía la oportunidad de olvidar las preocupaciones y frustraciones
cotidianas, tanto políticas como socioeconómicas.
Educó al
pueblo inculcándole los valores
tradicionales, basados en ideales religiosos, monárquicos y
nobiliarios. Así,
En lo religioso
responden a una religiosidad
tradicional y estrechamente unida a los ideales políticos imperantes.
En ocasiones está en contradicción con la moral cristiana, como por
ejemplo, las venganzas por honor, pero a pesar de ciertos ataques de
los moralistas, la Inquisición no puso ningún reparo.
En lo político, los
ideales monárquicos se
manifiestan en el carácter intangible del rey como encarnación de la
patria y en la propaganda de la grandeza de ésta. Se exaltaron las
glorias y hazañas militares, en contraste con las derrotas cada vez
más frecuentes de la realidad.
En lo social se
respetan
las jerarquías y
privilegios de la rígida sociedad estamental; el doble plano (noble y
plebeyo) de los personajes son un buen ejemplo. Por otro lado, la
nobleza es enaltecida como institución al presentarse como el sector
social portador y fuente de todas las virtudes. Si se ataca a un noble
(los comendadores de Peribánez y de Fuente Ovejuna), se pondrá de
relieve que se trata de casos particulares; son nobles indignos de su
condición y quienes se rebelan contra ellos no se proponen destruir el
orden social vigente, sino recomponerlo.
PEDRO CALDERÓN DE LA BARCA
Hombre de carácter sombrío al que hay que añadir su hastío
progresivo de la vida, su tendencia a vivir apartado y su espíritu
aristocrático y orgulloso. Tales condiciones explican dos notas
fundamentales de su ideología:
Su pesimismo respecto a la vida humana y al mundo es
absoluto.
Todo le parece vano e inconsistente; de las cosas terrenas, dirá,
no son más que una ilusión,
un engaño, un devaneo,
vanidad de vanidades
que el momento de un momento
nos lo convierte en cenizas,
humo, polvo, sombra y viento.
Calderón se ha acostumbrado a vivir con el desengaño y, contando
con él, busca una salida moral: si la vida es sueño, ordenemos nuestros
actos hacia el despertar de la otra Vida.
Su plena adhesión a los valores tradicionales que
constituyen el
complejo de la ideología señorial. Jamás mostró una actitud crítica
ante los males de su tiempo. Pensó que la vida era intrínsecamente
deleznable y que no cabía sino sobrellevar con entereza sus miserias
aceptando la condición que nos haya tocado en esta comedia del vivir.
Así, en su auto El gran teatro del mundo, vemos cómo Dios asigna a
cada cual su papel: hay un rico y un pobre; al rico no le incumbe sino
representar bien su papel de rico y al pobre, su papel de pobre. se da
un retorno a los valores medievales, con sus prejuicios estamentales,
frente a los renacentistas que defendían la posibilidad de que el
hombre cambiara su condición, o incluso, las tesis erasmistas
proclamaban "no por lo que naces, sino por lo que haces" y ello porque
se consideraba que la instalación social tenía causas humanas.
EL TEATRO DE CALDERÓN
Calderón comenzó siguiendo el modelo de la comedia de Lope, es lo
que se denomina su "primera época". En su madurez o "segunda época",
aunque sin modificar sustancialmente el "arte nuevo", aportó ciertos
rasgos personales:
Preferencia por lo ideológico y lo simbólico
a la trama puramente accional, como se aprecia en los Autos
sacramentales o La vida es sueño.
La construcción de sus obras es más cuidada,
tanto en el plan general como en los detalles. Prefiere la unidad de
acción (una sola acción en lugar de dos); y si se observa esa dualidad,
procura subordinar ambas acciones a una unidad de sentido.
Sus obras son más reflexivas, más rigurosas;
consecuentemente, los personajes son más esquemáticos y simbólicos.
Utilizó todos los recursos escénicos del
Barroco y, para la época, montó espectáculos ricos en efectos
sorprendentes.
En cuanto a la métrica, destaca su
preocupación formal, engalanando sus versos con toda suerte de
artificios tanto conceptistas como culteranos.
LA OBRA
Se conservan 120 comedias, más de 70 autos y un buen número de
entremeses, loas, etc.
Las comedias de enredo son las más numerosas.
En ellas explotó los esquemas de la comedia "de capa y espada":
ambiente urbano, enredos amorosos, personajes elevados que ilustran
los ideales aristocráticos, etc. En estas comedias destaca el ingenio
por mantener el interés y la suspensión: La dama duende, Casa con dos
puertas mala es de guardar....
Los dramas que giran en torno a los grandes
valores establecidos, como la Monarquía, la Autoridad, la Fe, la
Moral, el Honor, etc.
Los dramas religiosos le interesaron
especialmente. En su primera época se propone mover los sentimientos
hacia la devoción. En la segunda época tiende a desarrollar importantes
problemas teológicos (la fe, la salvación).
Los dramas de honor: El médico de su honra,
El pintor de su deshonra y El alcalde de Zalamea, la más
perfecta. Se lleva a las máximas consecuencias el código del honor que
Lope utilizó.
Los autos sacramentales: Calderón les dio
mayor extensión (unos 200 versos) y una profundidad teológica que
hasta el momento no tenían; él mismo los definía como "sermones puestos
en verso" o ilustraciones escénicas de "cuestiones de Sacra Teología".
Siguiendo la costumbre, se inspiró para sus asuntos en la Biblia, temas
marianos, leyendas piadosas, etc., pero siempre tratados bajo la forma
de la alegoría e, incluso, algunos son puras alegorías, como El
gran teatro del mundo.
Los dramas filosóficos, como La vida es sueño.
LA VIDA ES SUEÑO
El asunto se basa en historias muy conocidas en la época:
La leyenda de Buda, a quien se intentó
mantener aislado del mundo, para evitar que se cumplieran las desdichas
que predijo su horóscopo.
Un cuento de las Mil y una noches: el mendigo
que despierta siendo rey, para volver a despertarse otro día como
mendigo.
En cuanto a la estructura, hay que advertir que mantiene la doble
acción de Lope: la historia de Segismundo y la de Rosaura, que se
entrelazan.
Los personajes son muy esquemáticos y simbólicos; son "tipos" que
representan las posturas exigidas por el desarrollo de las ideas y los
conflictos. Así:
Segismundo encarna la lucha entre las
inclinaciones naturales y la moral, a la vez que representa lo
incierto del vivir humano
Rosaura es la defensora del honor.
Clotaldo se debate entre la lealtad al rey y
sus deberes como padre
Clarín (el gracioso) sirve para ilustrar una
de las tesis de la obra: lo incierto del destino humano.
La temática es lo más complejo de la obra. Se desarrollan varios
temas:
El punto de partida es el libre albedrío,
cuestión que enfrentaba a teólogos y filósofos. El desarrollo de la
obra prueba que el hombre es libre y capaz de vencer sus más poderosas
inclinaciones, que es la tesis que defendían los teólogos españoles de
la época.
La vida vista como un sueño, es decir, el
sentimiento de inconsistencia de la vida, al no saber qué es real y
qué apariencia. Calderón no da una solución a este dilema, sino que lo
esquiva mediante la moral cristiana: "sea verdad o sueño/ obrar bien es
lo que importa".
La legitimidad del poder, de la razón de
Estado y de la tiranía. Tampoco da una solución y reduce un problema
político a un problema ético, habitual comportamiento de la época.
El tema del honor, eje de la historia de
Rosaura. Sólo puede repararse o haciendo que Astolfo se case con la
protagonista o que éste muera.
LOPE DE VEGA
De las 1500 piezas dramáticas que escribió se han conservado 426
comedias y 42 autos sacramentales, que suelen clasificarse en diversos
grupos:
Comedias sobre historia o leyendas de España: Fuente Ovejuna; Peribáñez; El caballero de
Olmedo, Los siete infantes de Lara; El mejor alcalde, el rey...
Comedias de asunto inventado: El
villano en su rincón; El castigo sin venganza. Dentro de este
grupo, estarían las de "capa y espada" (costumbristas) como El perro del hortelano; La dama boba; Los
locos de Valencia...
Comedias religiosas: La buena
guarda (vida de santos); Creación
del mundo (bíblica), etc..
Comedias filosóficas: El
villano en su rincón...
Comedias pastoriles: El marido
más firme..
Autos sacramentales: La siega;
La siembra del Señor, etc. En este género fue superado
ampliamente por Calderón.
EL PERRO
DEL HORTELANO
Argumento:
Diana es la Condesa de Belflor, mujer poderosa y señora de su casa,
es conocido su desinterés por buscar marido y su aparente desprecio por
el matrimonio.
La comedia comienza cuando Diana descubre que Teodoro, su
secretario, y Marcela, su ayuda de cámara, mantienen una relación
secreta. Los celos despiertan el amor de la Condesa por Teodoro, aun
sabiendo que la diferencia de status es insalvable y por lo tanto su
amor imposible.
Por un lado Diana, atormentada por los celos, trata de impedir el
casamiento entre Marcela y Teodoro, y por otro, temerosa de comprometer
su honor, no se atreve a dar rienda suelta a su amor por Teodoro.
El enredo se ira complicando hasta que Tristán, criado de la casa,
ingenie un plan para que el Teodoro y Diana se casen sin comprometer el
honor de la condesa. El público se convierte en cómplice de secreto de
los amantes
Título
Lope puso título a su comedia haciendo referencia al refrán popular
del perro del hortelano: “Pues es como el perro del hortelano, que ni
come ni comer deja”. En la obra, se justifica el título en este
parlamento de Teodoro:
TEODORO (A Diana):
… Si cuando ve que me enfrío
se abrasa de vivo fuego,
y cuando ve que me abraso
se yela de puro yelo,
dejárame e con Marcela.
Mas viénele bien el cuento
del perro del hortelano:
no quiere, abrasada en celos,
que me case con Marcela
y, en viendo que no la quiero,
vuelve a quitarme el juicio
y a despertarme si duermo.
Pues coma o deje comer,
porque yo no me sustento
de esperanzas tan cansadas,
que si no, desde aquí vuelvo
a querer donde me quieren.
Características de la comedia
El perro del hortelano presenta todas las características de la
comedia nueva:
Ruptura de las tres unidades dramáticas.
Uso exclusivo del verso como lenguaje dramático.
Inclusión de elementos de la tradición popular
Mezcla de lo trágico y lo cómico.
Variedad de estilos
Los personajes propotípicos.
Temática e intención
Además de la exaltación de los ideales religiosos y monárquicos,
Lope destaca en sus obras destacan los temas sobre el sentimiento
amoroso y la defensa del honor y de la honra.
Las comedias reflejan también un modelo de sociedad monárquica y
religiosa, que se rige por valores tradicionales. La honra y el amor se
plantean como fuerzas que guían las actuaciones de los personajes y
este último presenta un equilibrio entre lo físico y lo espiritual: es
al mismo tiempo una pasión y un sentimiento que perfecciona al que ama.
Ligado al tema del amor aparece con frecuencia el de los celos, que
articula muchas de las tramas. Por otra parte, la honra se relaciona a
menudo con las clases populares: la comedia nueva convierte al villano
en un personaje con dignidad suficiente como para ser el protagonista.