Aula Z Lengua castellana y Literatura 3º ESO

LA LÍRICA PRERRENACENTISTA

POESÍA CANCIONERIL o CORTESANA

Se trata de un tipo de poesía, cuyos autores son conocidos, que se recopiló en cancioneros, esto es, unas antologías en las que se recogía la obra de los poetas más importantes de la época.

Esta poesía se cultivó preferentemente en las cortes de los reinos hispánicos a lo largo del siglo XV; de estas dos características, provienen las denominaciones con que se conoce este tipo de lírica: "cancioneril o cortesana".

CANCIONEROS:

Se han conservado bastantes cancioneros de este siglo y del siguiente, pero los cuatro más importantes son:

  1. El Cancionero de Baena, llamado así por haberlo elaborado Juan Alonso de Baena hacia 1445; corresponde a la poesía de la corte de Juan II de Castilla.
  2. El Cancionero de Estúñiga (hacia 1460), cuyo nombre procede del hecho de que los primeros poemas pertenecen al poeta Lope de Estúñiga, y en él se recopilan la lírica de la corte de Alfonso el Magnánimo, en Nápoles.
  3. El Cancionero Musical de Palacio (1505), recopilado durante el reinado de los Reyes Católicos; presenta la particularidad de reunir villancicos populares con las correspondientes notaciones musicales.
  4. El Cancionero General (Valencia, 1511), recopilado por Hernando del Castillo; contiene las obras de los mejores poetas del XV; tuvo una enorme difusión e influyó notablemente en los poetas de los siglos XVI y XVII.

La característica común de estos cancioneros, salvo el Musical de Palacio, es que, aunque aparecen distintos subgéneros líricos, todos ellos tienen unas reglas fijas, más o menos férreas, que el poeta está obligado a observar. Se trata de una poesía difícil por la temática y por la lengua empleada.

Por otro lado, el tipo de poesía de estos cancioneros no es unitaria, sino que se percibe una evolución en los gustos poéticos del siglo XV. Básicamente, puede resumirse esa evolución en cuatro subgéneros poéticos: las cantigas, los decires, la recopilación y glosa de villancicos y la poesía italianizante.

CANTIGAS:

Las cantigas son unas composiciones relativamente cortas destinada a ser cantadas. Tanto desde el punto de vista métrico y formal, como de la temática están sujetas a unas reglas férreas. Así, los temas principales que desarrollan son el amor cortés y las dedicadas a la Virgen, bajo la influencia de las que escribió Alfonso X el Sabio. La temática amorosa se convierte en una especie de catálogo de situaciones amorosas posibles, elogios hiperbólicos, etc

DEZIRES:

Los decires son composiciones extensas, a menudo de carácter tanto narrativo como lírico y concebidas para la lectura. Las reglas que siguen, desde la métrica hasta la temática, son mucho más flexibles; de ahí que la temática sea mucho más variada: poesía de carácter narrativo o didáctico, composiciones alegóricas, poemas dialogados, etc.

RECOPILACIÓN, GLOSA E IMITACIÓN DE VILLANCICOS:

La recopilación de villancicos se da en el Cancionero Musical de Palacio, en especial, pero bajo otras formas en los restantes. Se advierte con ello un creciente gusto por la poesía tradicional de tipo popular; este gusto conducirá a los poetas cortesanos a dos actividades poéticas distintas:

  1. La imitación de esos villancicos en poemas creados por ellos. El primer poeta que imitó esos villancicos fue el Marqués de Santillana, hacia 1450, en sus célebres Serranillas. Esta tendencia se mantendrá hasta principios del siglo XVIII, llegando incluso a introducirse estos cantarcillos en obras de teatro, como lo hizo Lope de Vega.
  2. La glosa de villancicos populares. Las glosas consisten en una composición culta que toma como punto de partida una estrofa de una canción o un villancico popular, los cuales sirven de tema y de estrofa inicial. La composición culta se realizará en una o varias estrofas, utilizando preferentemente la estructura zejelesca -el zéjel-, de origen arábigo-andaluz, si bien al principio se utilizará otra estructura métrica: el leixa-pren o paralelismo, tomada de las canciones o cantigas de amigo tradicionales. Esta tendencia se mantendrá hasta principios del siglo XVIII, llegando incluso a elaborarse glosas "a lo divino", como por ejemplo las de San Juan de la Cruz.

POESÍA ITALIANIZANTE:

La poesía italianizante se denomina así por fundamentarse en el verso endecasílabo y el soneto, ambos de origen italiano, aunque intentando adaptarlo a la lengua castellana. Una vez aclimatado este metro constituirá una de las corrientes poéticas más importantes del XVI y XVII.

Destacan en este terreno el Marqués de Santillana por sus Sonetos fechos al itálico modo  y  Micer Francisco Imperial.


JUAN DE MENA

Juan de Mena (1411-1456) fue considerado por sus contemporáneos y sucesores como el mejor poeta de su época. Letrado al servicio de Juan II de Castilla, cultivó la poesía amatoria y la alegoría moral (dezires). Su estilo se caracteriza por la abundante erudición y por el recargado lenguaje latinizante.

Laberinto de Fortuna , también llamado Las trescientas, es su obra más ambiciosa. La obra está escrita en coplas de arte mayor, compuestas por estrofas de cuatro versos de doce sílabas, que tienen una fuerte cesura, rima consonante y siguen un rígido esquema acentual.

Se trata de un extenso poema alegórico compuesto en 297 coplas de arte mayor, en las que su autor creó una nueva lengua poética, basada en el hipérbaton, la introducción de latinismos, la perífrasis y las alusiones clásicas y cuyo argumento es el siguiente: arrebatado el poeta por el carro de la diosa Belona, es transportado al palacio de la Fortuna. Guiado por la Providencia, penetra en la gran casa, donde contempla tres ruedas: dos inmóviles alegorizan el tiempo pasado y el porvenir, y otra en continuo movimiento, el tiempo presente. Cada rueda consta de siete círculos influidos por los siete planetas. En el primer círculo, el de la Luna, se encuentran los castos y los justos; en el de Mercurio, los consejeros prudentes; en el de Marte los guerreros, etc.


MARQUÉS DE SANTILLANA

Íñigo López de Mendoza, marqués de Santillana, fue uno de los nobles más poderosos de la primera mitad del siglo. Hombre de letras, reunió en su palacio de Guadalajara la mejor biblioteca de su tiempo. Su interés por la cultura le llevó a estar al tanto de las novedades literarias, haciendo traducir obras latinas e italianas al castellano.


El marqués de Santillana fue autor de varios poemas alegóricos de temática amorosa. Entre sus obras destacan la Comedieta de Ponza, poema de contenido poético y moral, y Bías contra Fortuna, una reflexión estoica sobre la vida. Son muy conocidas también sus serranillas, de inspiración popular.

Los Sonetos fechos al itálico modo -cuarenta y dos— son de temática amorosa, religiosa o pastoril. Constituyen la primera manifestación de la combinación métrica que el italiano Francesco Petrarca encumbró en su “Cancionero” y Dante Alighieri en la “Vita Nuova”. El influjo de este movimiento (el “stilnovismo”) en la literatura española fue patente en las décadas posteriores.


JORGE MANRIQUE

Jorge Manrique fue un famoso poeta de Cancionero, con poemas extraordinarios, pero su fama viene dada sobre todo por una elegía titulada Coplas a la muerte de su padre el maese don Rodrigo (1476).

COPLAS A LA MUERTE DE SU PADRE

Este extenso poema está formado por 86 coplas de pie quebrado o estrofa manriqueña. En ellas ensalza la figura de su padre, a la vez que reflexiona sobre la vida, siempre vista en conexión con la muerte, a la que se acepta como algo ineludible. 

ELEGÍA Y PLANTO

La elegía (forma cullta) es una composición poética en la que se lamenta  la muerte de alguien. Fue un subgénero muy cultivado durante la Edad Media; merece destacar como ejemplo, el planto (forma popular) por la muerte de la Trotaconventos en el Libro de Buen Amor.

En toda elegía deben aparecer tres elementos claves: consideraciones sobre la muerte, lamentos de los sobrevivientes y alabanzas al difunto.

Las Coplas suponen una síntesis de dos mundos ideológicos distintos: por un lado, el medieval que se está agotando y, por el otro, el renacentista que empieza a vislumbrarse.

TEMAS Y TÓPICOS

Partiendo del concepto medieval de la existencia, es decir, la vida como un tránsito para llegar al más allá, lo cual comporta el menosprecio del mundo[1], reflexiona sobre la inestabilidad de la fortuna que crea inseguridad en el ser humano, la fugacidad de los bienes temporales y de la vida misma, lo que conduce a su desaparición y el desengaño que hace preguntarse: "¿ubi sunt?" (¿dónde están?); y, finalmente, las meditaciones en torno a la muerte (vista como un poder igualatorio), la tristeza y el dolor.

Pero mientras vive, el hombre debe luchar por la gloria terrenal, por llegar a ser un héroe, un gran capitán, como el poeta presenta a su padre, comparándolo a los más famosos capitanes y emperadores de la antigüedad, idea muy al gusto de los primeros renacentistas; en definitiva, la idea de la fama fundada en el esfuerzo personal es lo único que vence al tiempo y da la única inmortalidad a la que el hombre puede aspirar.

Así pues, para Manrique, como para los hombres del siglo XV, el hombre puede vivir tres vidas: la terrenal, la celestial y la de la "fama"; las dos últimas pueden compensarle de su lucha contra la muerte.

ESTRUCTURA

Las Coplas parten de una reflexión general y abstracta sobre la vida, la muerte y la fugacidad de las cosas materiales; se centran luego en hechos y personajes históricos y, en especial, en la figura de su padre. Así, pues, va de los general a lo particular, de lo abstracto a lo concreto, de manera que puede establecerse tres partes:

  1. Coplas 1-13: Plantea la reflexión sobre la brevedad de la vida y la inconsistencia de los placeres mundanos.
  2. Coplas 14-24: Manrique ejemplifica sus reflexiones de la primera parte en personajes concretos; de este modo demuestra que la muerte trata por igual a débiles y a poderosos, a pobres y a ricos, y que los bienes materiales duran poco. En resumen, trata la caducidad de los elementos más inmediatos y para ello utiliza el tópico clásico del Ubi sunt.
  3. Coplas 25-40: El poema se centra en la figura de don Rodrigo Manrique, a quien el autor le dedica un encendido elogio (coplas 25-32). Después se recoge un diálogo ficticio sostenido por el Maestre y la muerte (coplas 33-39), donde se aprecia la postura casi estoica de este personaje frente a la muerte. Terminan las Coplas narrando cómo murió don Rodrigo (copla 40).


[1] El menosprecio del mundo es un tema procedente del cristianismo, cuya formulación se da ya en el Eclesiastés: "Vanidad de vanidades y todo vanidad". A la larga, este tema se convertirá en un tópico que veremos ampliamente tratado en la literatura del Renacimiento y del Barroco, bajo la fórmula latina "Vanitas vanitatum".

actividad  31  y  (T) LITTERA, I
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