La narración en prosa y en castellano aparece después que la narración en verso que hemos visto en las unidades anteriores. Esto es así porque durante la Edad Media asistimos a la consolidación del idioma y el empleo del castellano como lengua apta para la divulgación del conocimiento.
La prosa romance se desarrolla en el siglo XIII. Hasta el reinado de Fernando III, el Santo (primera mitad del siglo XIII) no se empieza a abandonar el latín como lengua de cultura y se inicia su sustitución por el castellano. Pero habrá que esperar a su hijo, Alfonso X el Sabio, para que este cambio de lengua se produzca plenamente.
Así, Alfonso X no sólo declaró al castellano como lengua de cultura, escribiéndose a partir de ese momento los textos gubernamentales en ese romance, sino que además mandó traducir gran cantidad de obras y se preocupó por crear un sistema gráfico que acabara con la vacilación en la representación de algunos sonidos, impulsó la creación de nuevas palabras para designar conceptos abstractos ; la mayoría de los préstamos léxicos proceden del latín y su incorporación supuso un aumento notable del léxico castellano, gracias a la utilización de neologismos que adaptaban levemente su fonéticaa los usos de la lengua romance. y habilitó nuevas conjunciones y relacionantes sintácticos con el fin de conseguir una prosa más precisa, en lugar de usar la conjunción copulativa "et" (y).
En definitiva, desde el punto de vista lingüístico preparó el terreno para que pudiera desarrollarse la prosa literaria en el siglo siguiente, siendo curiosamente la figura más destacada su sobrino, Don Juan Manuel.
Además del creador de la prosa, Alfonso X amplió, protegió y dirigió la llamada Escuela de Traductores de Toledo, formada por hombres cultos pertenecientes a las tres culturas peninsulares: árabes, judíos y cristianos. Con ello pudo traducir al castellano numerosas obras, no sólo de las culturas orientales y las europeas escritas en latín, sino la cultura clásica que los árabes habían traducido a su lengua siglos atrás, dando a conocer a Europa saberes de la antigüedad que hasta el momento se ignoraban.
Así, sabios de las tres religiones tradujeron :
Además de traducir, bajo su dirección se escribieron también obras originales, en especial las de historia y las de legislación. En elprimer grupo, tenemos:
Por lo que respecta a las obras legislativas o jurídicas, la más importante es las Siete Partidas, cuyo título deriva de las siete partes en que aparece dividido el libro: 1ª, de la religión; 2ª del monarca, de su familia y de las relaciones con los vasallos; 3ª, de la administración de justicia; 4ª, del matrimonio; 5ª de los contratos; 6ª, de los testamentos, y 7ª de los delitos. Este cuerpo legislativo, que empezó a regir en el reinado de Alfonso XI, tiene la particularidad de ser, además de un código jurídico, un tratado moral.
Si en las obras anteriormente mencionadas, Alfonso X actuó de director y de corrector, las Cantigas fueron compuestas por él mismo. Se trata de una colección de más de cuatrocientas narraciones en verso de milagros de la Virgen, por tanto se inscriben en la misma tradición mariana que los Milagros de Berceo. Con respecto a la obra alfonsí, estas cantigas presentan una peculiaridad: la de estar escritas en gallego-portugués y no en castellano. Además, fueron compuestas para ser cantadas y algunas de ellas conservan su notación musical.
La obra iniciada por Alfonso X es continuada por su hijo Sancho IV y, sobre todo, por su sobrino don Juan Manuel, uno de los caballeros más poderosos de su tiempo.
Don Juan Manuel dedicó parte de su tiempo a la literatura, en el sentido más amplio del término, siendo el primer autor medieval que tuvo conciencia, no sólo de ser escritor, sino de la importancia del estilo y de su propia obra, pero receló de los copistas, hasta tal extremo que la recopiló toda su obra en un manuscrito, corregido de su puño y letra, y lo depositó para la posteridad en el convento de Peñafiel, como lo demuestran sus palabras del Prólogo del Conde Lucanor:
Si los lectores de mis obras encuentran en ellas algunos yerros y defectos, que no me los imputen a mí, hasta ver los originales depositados en el convento de Peñafiel, pues los copistas suelen equivocarse y cambian el sentido de la frase o la construcción que yo quise hacer allí.
Sin embargo y a pesar de sus precauciones, el azar le jugó una mala pasada, pues dicho manuscrito se perdió y con él parte de una obra extensa y rica; hasta nosotros sólo ha llegado una copia bastante defectuosa de dicho manuscrito.
Entre los libros conservados, ofrecen interés el Libro del caballero e del escudero, manual de caballeros; el Libro de los Estados, su obra más extensa, de gran interés para el estudio de la organización social de la Edad Media, ya que en ella después de una ligera trama novelesca procedente de un libro oriental, se indican los deberes y las obligaciones de todas las clases sociales; el Libro de la caza refiere numerosos detalles sobre el cuidado de los halcones; y la Crónica abreviada de Alfonso X.
Mención aparte merece su obra novelesca titulada El Conde Lucanor o Libro de Patronio.
De la obra El Conde Lucanor se conservan cinco códices: uno en la Academia de la Historia, tres en la Biblioteca Nacional de Madrid y otro que fue de los Condes de Puñonrostro.
Se trata de una
colección de cincuenta "eixemplos" de tendencia
didáctica, redactados entre 1328 y 1332. Por tanto se trata de una obra
que hay que situarla dentro de la corriente del didactismo medieval.
Don Juan Manuel fue muy consciente de la finalidad que perseguía con esta colección , puesto que en el prólogo escribió:
Fiz este libro compuesto de las más apuestas palabras que yo pude, et entre las palabras entremetí algunos eixemplos que se podrían aprovechar los que los oyeren.
Los argumentos de la mayoría de estos cuentos tienen antecedentes bien conocidos, es decir no fueron inventados por él, sino que reelaboró cuentos anteriores, aunque algunos sí son originales.
A pesar de que cada cuento es independiente, lo que da unidad a la colección es el "marco narrativo", cuya técnica y desarrollo se repite en cada uno. Así, pues, la estructura narrativa de cada cuento es la siguiente
Los temas
que plantea don Juan Manuel reflejan las preocupaciones de la
nobleza del XIV, producto de un mundo en el que el feudalismo estaba
desapareciendo y con él los valores que lo sustentaban, cambiándose por
los usos y valores de la burguesía. De ahí que se trate temas como: